John Ford
Director de directores, dejaba boquiabiertos a los espectadores, pero también a sus propios compañeros, los que mejor entendían lo que aportaba su cine. Elevó a categoría de arte el cine más convencional:
«Era uno de esos artistas que nunca pronuncian la palabra arte, y de esos poetas que no hablan nunca de poesía», escribía François Truffaut.
Pero siempre rechazó que le trataran como a un autor:
«No hago películas para hacer obras de arte. Ruedo películas para poder pagar las facturas.»
Dijo el hombre que se presentaba de la forma más humilde posible:
«Me llamo John Ford y hago películas del oeste.»